José Ruiz quiso ser mago desde los 8 años y hoy, con 29, presenta un gran espectáculo de magia en el Teatro Fígaro de Madrid, titulado “Un mago en América”. Sorprenden sus trucos, tanto como su puesta en escena y, hablando con él, también, la importancia que le da al concepto social de reunir a un grupo de personas alrededor de cualquier acontecimiento.
¿Cómo descubriste la magia?
Tenía 8 años, estaba de vacaciones en Zahara de los Atunes y el sobrino de una amiga de la familia me hizo un truco de magia que me volvió loco. Poco después, en el Rastro de Madrid, le dije a mi padre que quería aprender a hacer magia y él me contestó: “¡vale! Pero si empiezas algo, no lo dejes”.
Y hasta hoy…
Empecé poco a poco, comprando libros y a escondidas, porque a mi madre no le gustaba. Primero, me fliparon lo ingeniosos que son los métodos de los trucos y, después, comencé a atreverme a compartirlo con amigos. La cosa se puso seria cuando conocí a mi maestro Jorge Carmona, quien, entre muchos buenos consejos, me dijo: “vive la vida para poder contar cosas interesantes en un escenario”.
¿Cuánto de técnica y cuánto de artista hay que tener para subir a un escenario?
Puede parecer que la magia es tan potente por sí misma que no haría falta que el mago desarrollara esa otra parte artística, pero la realidad es que lo realmente importante para el público es la vivencia completa. Lo que trasciende es lo que cuentas. La gente va al teatro para que les descubras cómo son cada uno de ellos por dentro y la magia no puede olvidarse de eso.
¿Cómo ha cambiado la magia en la historia?
En el siglo XIX, los magos eran vistos como seres súper poderosos capaces de satisfacer necesidades de la población, por eso, entre otras cosas, sacaban conejos de una chistera. Después, la sociedad adquiere más conocimientos, se cultiva y el mago pierde esa posición de poder. Pero hoy, seguimos trabajando con simbolismos que importan a una sociedad, como un billete de 10 euros.
¿Cómo es tu espectáculo “Un mago en América”?
Se trata de un espectáculo donde cuento muchas más cosas, además de hacer trucos de magia. Comparto mi vivencia real de un viaje que me marcó a Los Ángeles, Las Vegas y Nueva York.
¿Qué mueve al espectador a ver un espectáculo?
Es un tema cultural. Lo que queremos es compartir una historia que puede estar alrededor de un vino o en un teatro con público al que le guste la magia. Un espacio teatral se crea desde el momento en el que una persona cuenta algo y otra mira, da igual que sea el descorche y cata de una botella de vino o un truco de magia. Lo que nos interesa es reunirnos.
¿Qué significa la gastronomía en tu vida?
Me gusta el vino. He comenzado a descubrirlo ahora. Soy muy malo en la cocina, puedo quemar una ensalada, cuando me bajo del escenario soy mortal. Me quedo con las lentejas de mi madre y el arroz a la cubana de mi padre.
“Un mago en América”, SE REPRESENTA LOS VIERNES EN EL Teatro Fígaro (Madrid).