Alberto Luchini es uno de los mejores periodistas gastronómicos de su generación. Durante más de 25 años escribió reseñas de restaurantes y sobre cine en la mítica revista Metrópoli y, hoy, le podemos leer en el digital 7 Caníbales.
Ha cumplido 55 años y, echando la vista atrás, recuerda su infancia en el Liceo Italiano de Madrid, las tardes consagradas al cine y cómo su pasión por escribir le llevó a cubrir un Festival de Cine de San Sebastián estando de prácticas en la redacción del diario El Independiente o de cómo las croquetas de El Quinto Vino (Madrid) y la oferta de trabajo de su amigo Juan Manuel Bellver le convencieron para fichar por El Mundo (1996) y escribir una guía de restaurantes de Madrid.
Atlético vehemente y confeso anti madridista, su conversación es siempre interesante porque habla desde el entusiasmo y la experiencia.
Alberto Luchini.
¿Cómo era ese Alberto de 15 años?
Vivía en Madrid, estudiaba en el Liceo Italiano y dedicaba todas las tardes a ir a los cine-estudios para ver los programas triples. En esa época me gustaba el cine y comía mal y deprisa.
¿Qué recuerdos de cocina tienes de tu infancia?
Tenía la suerte de probar productos italianos que no había en España. Por ejemplo, la buena mortadela o el panettone, y en casa hacíamos gnocchis caseros, que hoy es mi plato estrella, que me gusta cocinar para mis amigos.
¿Cómo llegas al periodismo?
Pensé que me gustaba escribir, que quizás algún día podría hacerlo de cine y que no quería ponerme una corbata en mi vida.
¿Cuál es la primera película sobre cocina que recuerdas?
“El festín de Babette” (1987). Ganadora ese año del Oscar a la mejor película extranjera.
¿Cuándo sabes que el periodismo sería tu medio de vida?
Cuando conoces a Víctor de la Serna, entiendes que la gastronomía es una profesión.
¿Ha superado la gastronomía al cine en tus preferencias?
En el cine ves las películas y en el mundo de la gastronomía conoces a las personas. Las vivencias y el contacto humano son lo importante.
¿Qué opinas del periodismo gastronómico de hoy?
El periodismo gastronómico era mucho mejor hace 20 años que ahora. Hoy lo ejerce gente que no tiene ni “pajolera” idea. También me parece que las agencias de comunicación han hecho un daño tremendo porque no disciernen entre gorrón y periodista. Tampoco hay relevo, los grandes periodistas gastronómicos de hoy tienen 70 o casi 80 años.
¿En qué lugar en el mundo sitúas gastronómicamente a España?
España es un top tres mundial. Por detrás de China- Japón e Italia. No menciono a la cocina francesa porque se ha quedado “viejuna”, está muy superada, viven de las glorias pasadas y no han mirado hacia delante.
¿Cuáles son los elementos de una experiencia gastronómica que te llaman más la atención?
Lo primero que hay que probar en un restaurante son sus croquetas… Si no están buenas, no tiene sentido insistir. Después, diré que me gusta que me cuenten una película en una comida. Busco una historia en cada restaurante. Un menú degustación de 22 pases no puede ser solo un alarde de técnica del cocinero y buenos proveedores. Busco siempre la historia real que me quieren contar con ese trabajo. Por eso me fascina David Muñoz, porque cada plato me está contando una película.
Los favoritos de Alberto Luchini:
¿Tus vinos?
Champagne y Jerez. Dos caras de la misma moneda: mismo suelo, versatilidad y placer.
¿Tus platos?
La tortilla de patata, sin cebolla, y mi gran especialidad como cocinero, gnocchis con salsa ragú.
¿Un spirit?
Hace tiempo que me quité de los destilados, pero siempre me gustó el ron caribeño.
¿Destinos gastronómicos?
Un año sin ir a Roma es un año perdido y Jerez, porque el vino es gastronomía.
¿Experiencia gastro top?
La mejor comida que he hecho en mi vida ha sido la última en el restaurante Diverxo de David Muñoz, en Madrid.
