Borja Insa es el narrador líquido del Moonlight Experimental Bar de Zaragoza. Un bartender de 35 años que comparte su deslumbrante creatividad con los momentos reflexivos que transmite a sus amigos y clientes. Un trabajo artesanal que le ha llevado a ser reconocido en el concurso World Class como el mejor de España y cuarto del mundo en 2024.
¿Qué hay en ese camino que te ha llevado al éxito?
No miro atrás. Siempre estoy en lo que haremos, lo que me hace no disfrutar del todo de los éxitos, pero creo que así avanzo más deprisa.
¿Cómo era el Borja niño?
Era un niño muy insistente, lo que llamamos en Zaragoza ser muy cabezudo. También era muy imaginativo y jugaba mucho con los Playmobil, el mejor juguete que hay.
¿Por qué eres mixólogo?
Esa palabra no suele gustar en nuestro mundo. Prefiero bartender. Pero la verdad es que nuestra verdadera labor es atender a personas y hacerlas sentir lo mejor posible. Esa pasión por atender a los invitados me viene de niño. En mi casa siempre había gente y me alucinaban las grandes mesas y las sobremesas.
Pero, además, tu cliente busca que le hagas volar con un trago.
Sí, por suerte, tras años invirtiendo en esta locura, la gente viene a buscar algo diferente.
¿Cuál fue el cóctel que te descubrió tu profesión?
Fue un reto y me salió mal. Hice un Old Fashioned, porque me gustaba el Bourbon, y lo que salió fue una basura. Hoy es al que más cariño le tengo y ya no me sale mal.
¿Qué llevaste al concurso de Shanghai?
En total hicimos 13 cócteles en diferentes pruebas. Pero lo que me gustó mucho fue presentar en la final –8 finalistas- un bar al que llamé Sherry y en el que todos los cócteles de la carta llevaban un vino de Jerez. Lo bonito fue estar en la final del mundo y sacar esa parte de orgullo, respeto al origen y amor por Jerez.
¿Cómo es tu trabajo de investigación?
No sé la respuesta. La verdad es que mi cabeza trabaja todo el día, 24/7. Mi cabeza siempre está pensando en el cóctel; lo que quiere decir que, si estoy en un bar y pruebo una anchoa con un vino, mi cabeza se pone en marcha para elaborar un cóctel que sepa a eso… También me pasa delante de un cuadro o en el cine.
¿En qué momento está el cóctel en España?
Vivimos un momento increíble y, cada vez, se bebe mejor y mucho más allá de las grandes ciudades. Nos falta estar más en los medios y que el consumo de alcohol se vea como algo tranquilo, pausado y reflexivo, hay que darle valor al cóctel como algo más que una bebida.
¿Cuándo propones beber un cóctel?
Creo que un cóctel hace cualquier momento más divertido y, por supuesto, armoniza muy bien con cualquier cocina.
3 cócteles de tu carta:
- Un clásico: una versión de un Martini. Mitad ginebra y la otra mitad son 4 partes de vermut seco y una de Fino.
- Uno de autor: de nombre “Piparra”. Es una versión de un Gimlet con ginebra, lima fresca y cordial de piparras en vinagre con un puntito de Néctar de González Byass.
- Una elaboración sorprendente: hacemos cócteles con esperma de atún, foie o sangre de cerdo. Te hablaré del cóctel “Tradición y muerte”. Todo lo que fue tradición, está en peligro de morir. Lleva Brandy, Jerez, un vino de Valdejalón y la idea de la matanza. Cocinamos el vino con canela, cardamomo, té de roca y sangre de cerdo. Una vez filtrado, se mezcla con el Brandy, se centrifuga y se sirve.
Moonlight Experimental Bar está en la calle Santiago, 30 (Zaragoza).