Todo sueño necesita posar los pies en la tierra para alcanzar su destino. Y a todo proyecto le viene bien un par de alas maestras que guíen el camino.
Una viña vieja es la base perfecta para impulsar un buen vino y la escolta de una gran familia de vinos, con dos siglos de tradición vitivinícola, es un seguro de futuro.
A la bodega Al pie del abismo y al proyecto de sostenibilidad de González Byass, “Ángel de Viñas” les ha unido el amor por la naturaleza, el futuro de un viñedo viejo de la D.O. Arribes (Salamanca) y la conservación de variedades autóctonas como la Tinta Jeromo y la Juan García.
Ángel de Viñas - Al pie del Abismo
Vicky González-Gordon, Chief Sustainability Officer en González Byass, posa junto a Marta Ruano y Javier Sandín, viticultores y dueños de la bodega Al pie del Abismo, en su viñedo.
Marta Ruano y Javier Sendín son los viticultores de cuarta generación y dueños de la bodega Al pie del Abismo, un pequeño proyecto que elabora 4.000 botellas al año de un tinto con crianza de 12 meses de barrica -80% Juan García y 20% Tinta Jeromo-, en un viñedo de dos hectáreas, situado en la Reserva de la Biosfera. Parque Natural de las Arribes del Duero, en la provincia de Salamanca, tocando con la frontera de Portugal, donde los acantilados y el río Duero imprimen el carácter de la comarca vitivinícola.
Marta y Javier jugaban de niños en las calles de Pereña de la Ribera y Villarino, donde veraneaban con sus familias. Ayudar en vendimia era una tradición que en sus casas se entendía como obligación. Crecieron, estudiaron, se enamoraron y vivieron en Madrid más de 15 años desarrollando sus carreras profesionales (ella, Economista y Asesora Informática; él, Ingeniero Técnico Agrícola y Enólogo), hasta que hace poco más de ocho años decidieron dejarlo todo para volver al pueblo y elaborar vino.
4.000 botellas por vendimia de Al pie del abismo dan mucho trabajo y, por supuesto, satisfacciones, pero necesitan sumar sus trabajos en el ayuntamiento (Marta) y como luthier de guitarras eléctricas (Javier), para que su viñedo siga dando 4.000 kilos de uva por hectárea.
Lejos del cauce del río Duero y mucho años antes, en 1835, Manuel María González fundaba en Jerez de la Frontera las bodegas González Byass y, desde el primer momento, tuvo claro, y transmitió, la importancia de cuidar la naturaleza. Esta doctrina de vida hoy sigue reflejada en el trabajo de esta Familia de Vinos con su compromiso “People + Planet”, el manifiesto para cuidar la tierra donde nacen sus viñedos. Ahora, esa mirada se extiende por todo España para ofrecer ayuda en una iniciativa preciosa que ambiciona rescatar, recuperar y conservar otros viñedos viejos y variedades en peligro de extinción, junto a sus viticultores.
Marta y Javier trabajan los viñedos familiares, plantados en 1936, para elaborar, con mínima intervención, un vino que expresa la singularidad de su territorio y “Ángel de Viñas” está a su lado, apreciando la calidad de su vino y aplaudiendo su esfuerzo. También, escuchando, aportando soluciones, sugerencias y ayudando a dibujar el futuro próximo de un precioso proyecto con los pies en la viña y los sueños en un futuro infinito.
El equipo de González Byass, junto a Marta y Javier, en una de las visitas a la D.O. Arribes del Duero.
¿Tienes un viñedo viejo y necesitas ayuda? Contacta: angeldeviñas@gonzalezbyass.es
