“Cuando visité Doñana por primera vez, me pareció haber llegado al paraíso”
La frase del titular la dijo Mauricio González-Gordon Díez, bisnieto del fundador de González Byass, Manuel María González Ángel, quien había transmitido el amor por la naturaleza, y de este paraje en particular, a toda su familia. Hoy, esta filosofía todavía sigue vigente en el cuidado del viñedo y en la elaboración de los vinos.
Expedición hispano-británica a Doñana en 1957. Sentados, de izq. A dcha: M. Nicholson, G. Mountfort, Lady Huxley, Lord Alanbrooke, Lady Alanbrooke, Sir Julian Huxley y Eric Hosking. De pie, de izq. A dcha:: G. Shannon, A. Valverde, J. Ferguson-Lees, Mauricio González-Gordon, T. Miller y Ph. Hollom.
Coto de Doñana
La relación de la familia González con el Coto de Doñana, hoy Parque Nacional y Natural de Doñana, se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando pertenecía al Marquesado de Medina Sidonia y tanto Manuel Críspulo González de Soto y su hermano Pedro Nolasco, ambos hijos del fundador de González Byass, eran invitados a cazar a Doñana.
Imagen de J.M Reyero. CENEAM – MMA.
En 1911, Manuel María González-Gordon trabajaba en la construcción del ferrocarril en Chile. En uno de sus viajes, mientras espera en Londres el barco hacia América, lee en la revista “Country Life” que Doñana se vendía. Manuel María escribe allí mismo una carta a su padre dándole las siguientes instrucciones: “se vende Doñana. Cómprala. Si no tienes dinero, búscalo. Dejo el trabajo en Chile y me voy de administrador o de guarda”.
Pero esta compra no se realiza hasta 1940. Manuel María González Gordon y José López de Carrizosa, Marqués del Mérito, ambos de Jerez, y Salvador Noguera, de Sevilla, unen esfuerzos y dinero para comprar un total de 16.500 hectáreas de la parte norte del Coto (Santa Olalla, El Palacio, Mogeda, Algaida y Casa de los Guardas).
La pasión por Doñana se lo transmite Manuel María González Gordon a su hijo Mauricio González-Gordon Díez, que afirma: “cuando visité Doñana por primera vez, después de cruzar el Guadalquivir en una barca a remos, me pareció haber llegado al paraíso. Jamás había visto mayor lujo de fauna y flora. Fue en ese anhelado refugio donde mi mujer y yo pasamos nuestra luna de miel en 1951, tal como lo habían hecho en el siglo pasado mis abuelos”.
Después, se sucedieron momentos mágicos en familia aprendiendo a identificar tipos de aves, la educación por el cuidado del medio ambiente o el interés por los diferentes ecosistemas y la abundante y singular naturaleza de Doñana.
La familia González ha sido siempre una defensora del Coto de Doñana y, en su historia, ha promovido su conservación y la divulgación de un lugar único en el planeta.
Eran habituales las invitaciones a naturalistas ingleses, así como a biólogos y ornitólogos españoles para conocer y disfrutar de Doñana.
Mauricio González-Gordon Díez organizaba visitas a Doñana entre los años 1954 y 1957, a las que llamó “Doñana Expedition”. La última, en 1957, fue de vital importancia por la llegada a las marismas de algunos de los mejores ornitólogos, fotógrafos y documentalistas de la época a nivel mundial para documentar su riqueza en una auténtica avanzadilla científica crucial para su destino. Fruto de esa visita se filmó "Wild Spain", la película que permitió mostrar Doñana al mundo. Guy Mounfort publicó el libro Portrait of Wilderness (Retrato de una Tierra Salvaje), con las fotos de Eric Hosking, en el que se narran las expediciones a Doñana.
Imagen de J.M. Pérez de Ayala. CENEAM – MMA.
Brindar con Tío Pepe
En 1963, WWF (World Wildlife Fund for Nature) y el Gobierno español adquieren 6.671 hectáreas de Doñana. Un año después, cedió los terrenos al CSIC y se creó la Reserva Biológica de Doñana, primera reserva integral de España, y, en 1965, se creó la Estación Biológica de Doñana, constituyendo una de las instituciones científicas más importantes para su conservación y para el conocimiento de las especies y ecosistemas mediterráneos.
En 1968 se crea ADENA, la delegación de WWF en España. Para celebrarlo, el 13 de mayo de 1969 José Antonio Valverde, un eminente biólogo vallisoletano, amigo de la familia González, que había estado involucrado en todos los proyectos de divulgación y defensa de Doñana, se internó a caballo en el Lucio de Mari López, al este de Caño de Guadiamar, con una botella de Tío Pepe en la mano para brindar por todo lo conseguido tras más de una década de dedicación y esfuerzo. Tres meses después el Consejo de Ministros declara Parque Nacional las 35.000 hectáreas que forman el corazón de Doñana, culminando así una de las historias de conservación más apasionantes y épicas del siglo XX.
Imagen de J.M. Pérez de Ayala. CENEAM – MMA.
Reforestación de Doñana
González Byass continúa plenamente vinculada al cuidado del parque natural y, recientemente, ha reforestado una superficie de 1 hectárea con especies autóctonas, como sabinas y enebros. Con esta iniciativa, enmarcada en el proyecto “100 Empresas por los Bosques” de WWF, González Byass pone su grano de arena en las tareas de recuperación y mejora forestal de Doñana.
