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Angel de Viñas. Espiells, Penedés. Oriol Roig

Oriol Roig, viticultor: “El único rumbo que el Penedés pueden elegir es el de dar mayor valor añadido a los cavas desde la calidad de la uva”

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Con 14 años ya conducía el tractor de su padre por la viña y, cuando descargaban la uva en las bodegas, ese niño se preguntaba cómo era el proceso que seguía al esfuerzo de toda su familia.

Oriol Roig tiene hoy 32 años y trabaja más de 50 hectáreas de viñedo en el Penedés, donde crecen variedades autóctonas como la Xarel.lo y la Macabeo. 

27 de esas hectáreas son suyas y, el resto, son la suma de pequeños viñedos familiares arrendados para cuidar, preservar y elaborar las uvas que han hecho famosa en el mundo a la localidad de Sant Sadurní d Anoia. 

 

Angel de Viñas. Espiells, Penedés. Oriol Roig

Oriol Roig.

 

Entre estos viñedos, hay dos parcelas singulares que han entrado a formar parte del proyecto de sostenibilidad de González Byass bautizado como “Ángel de Viñas”. 

Dos viñedos viejos, con variedades autóctonas y esenciales en los coupages del Cava, reciben el apoyo de Ángel de Viñas para preservar su existencia, ayudar a mantener la explotación y divulgar el trabajo en busca de la mejor calidad que Oriol Roig y su padre Joan están haciendo.

La vida de una familia se escribe en los brazos de una cepa

Oriol Roig es la quinta generación de viticultores de Espiells, la cuna del Xarel.lo. Sus antepasados comenzaron cultivando melocotones en el valle del río Anoia hasta que las bodegas de la zona cambiaron el paisaje de árboles frutales por viñedos.  Los Roig son payeses viticultores que han transmitido a los suyos el respeto máximo por la naturaleza. “Hay que ser de una familia de agricultores para entender que la naturaleza no tiene prisa”, explica Oriol en el mirador La Miranda d´Espiells, junto a una ermita románica del siglo XI, desde donde se divisa gran parte del Alt Penedés al abrigo del macizo de Montserrat, la montaña mágica que apacigua los vientos fríos del norte para mecerlos sobre los viñedos. 

 

Angel de Viñas. Espiells, Penedés. Oriol Roig

 

Oriol agarra con una mano uno de los brazos de una cepa de Xarel.lo, casi centenaria y, acariciándola de abajo a arriba, cuenta emocionado que la había plantado su abuelo, trabajado su padre y que, ahora, él continúa cuidándola. “Aquí está la historia de mi familia”. 

Jóvenes viticultores

Oriol estudió vitivinicultura y un grado superior de enología hasta que su familia le reclamó para cuidar el viñedo. Actualmente trabaja con su padre y es uno de los pocos jóvenes viticultores que quedan en la zona. Su experiencia y sabiduría heredada define el enfoque de su trabajo hacia una viticultura sostenible donde se prioriza la calidad antes que la cantidad. “Adaptamos la viticultura a la meteorología. Ya no podemos pensar en vendimiar 12.000 kilos por hectárea. Focalizamos nuestro esfuerzo en la calidad de la uva, buscando la singularidad y apostando por un modelo de entre 5.000-7.000 kilos por hectárea”.

 

Angel de Viñas. Espiells, Penedés. Oriol Roig

Oriol Roig y Eva Plazas, enóloga de Vilarnau.

 

Oriol es también el viticultor de Vilarnau y cuenta satisfecho cómo esta relación ha acercado mucho su profesión con la de los enólogos. 

Eva Plazas, enóloga de Vilarnau, camina por el viñedo mientras explica que “ahora hay una gran sensibilidad por lo que pasa en el viñedo. Damos mucha importancia al viticultor y es muy importante que estos jóvenes, con la cultura del Cava en la sangre, sigan gestionando este patrimonio”.

Un verdadero “Ángel de Viñas”

Oriol Roig y su familia levan muchos años encargándose de viñedos propios y de otras familias desde una filosofía centrada en el cuidado de las variedades autóctonas y garantizando la conservación del patrimonio natural e histórico ligado al territorio. 

El compromiso de los Roig por el cuidado y la protección del suelo y los viñedos ya era un claro objetivo cuando Eva Plazas se cruzó en su camino. Entendiendo que había encontrado un “Ángel de Viñas”, quiso que trabajara el viñedo de Vilarnau para, más tarde, apoyar parte de sus ideales, colaborando en el cuidado de dos viñedos singulares de Xarel.lo y Macabeo. “Necesitamos más Oriols”, concluye la enóloga de Vilarnau.

 

Angel de Viñas. Espiells, Penedés. Oriol Roig

 

Oriol Roig se declara optimista y cree que “hay un tejido vitivinícola suficientemente grande para darnos cuenta de que esta zona del Penedés tiene futuro y de que el único rumbo que las cavas pueden elegir es el de dar mayor valor añadido a sus vinos desde la calidad de la uva”. 

En su lucha diaria, Oriol ha participado en la fundación de una asociación de viticultores llamada “Espiells terra de vi”, que pelea por conseguir que las zonas de viñedos del Penedés y concretamente de la zona de Espiells, se declaren zona protegida para que todo su esfuerzo y la cultura se preserven y, en consecuencia, el futuro del Cava. 

(Si eres viticultor y trabajas viñedos viejos de variedades singulares o en peligro de extinción, contacta con “Ángel de Viñas”) ¿Tienes un viñedo viejo y necesitas ayuda?  Contacta: angeldevinas@gonzalezbyass.es 

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Al pie del abismo. D.O. Arribes. 

Manuel Chas y Carmen. D.O. Monterrei. 

 

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