Quizás nunca hayas conducido hasta el final de la Avenida de la Albufera, en Madrid. Es posible que si alguien te dice que hay un restaurante en el primer piso de una nave industrial, lo dejes pasar en tu lista de foodie instagramer, pero si oyes las palabras “restaurante Cardumen”, escucha muy bien lo que te tienen que contar.
Fue Rafael Sánchez quien fundó la empresa de distribución de pescado y alquiló la primera nave en Vallecas. Hoy, sus dos hijos, Luis y Raúl, continúan con el negocio de mayoristas de mariscos y pescados, pero toda la pasión que su padre les transmitió por el buen producto la han llevado unos cuantos pasos más allá hasta crear un templo llamado Cardumen. Se trata de un restaurante único, especial y excitante. Efectivamente está en un edifico industrial y solo si traspasas su puerta te dejará tranquilo y, un instante después, boquiabierto.
Restaurante Cardumen
¿Pero qué es esto? Es un homenaje al pescado, al marisco y al vino. Pero, además, es un lugar de encuentro para gastrónomos.
Un escaparate expone diferentes piezas de pescado. “Cada día puedes comer el pescado y el marisco que llega desde cualquier lonja de España”, explica Luis Sánchez. Una cocina vista, basada en el carbón, asa sardinas en una zona de espetos o cocina una lubina, un rodaballo o un “sapito” a la parrilla, mientras el horno jónico termina los torreznos de panceta. En la carta de Cardumen también encontramos carnes de primera, caviar, ostras o tuétano asado.
La bodega de Cardumen
La sala es luminosa, grande, bien decorada y presidida por una cava de vinos espectacular de cristal de más de 15 metros de ancho, que guarda más de 800 referencias de vinos, desde españoles a franceses, en la que solo de cava hay 6.000 botellas.
Todavía no te crees dónde estás porque el espectáculo visual es abrumador y todo lo anterior a traspasar la puerta, se te ha olvidado pensando en seguir disfrutando de Cardumen.
Un servicio de sala muy profesional y la atención de la sumiller Ruth Ortiz arrancan la fiesta gastronómica de este inédito espacio clandestino de Madrid.
Ruth Ortiz cata un Cava Vilarnau Rosé Delicat Reserva, en la sala del restaurante Cardumen.
Pescados, mariscos y vino
Erizos, vieja canaria, rodaballo salvaje, zamburiñas, pulpo al espeto, gamba de Denia o el magnífico trabajo de corte en crudo, en el momento, de pescados como el atún rojo, ceviches o los nigiris, en el plato… Y en la copa, casi lo que quieras o lo que puedas desear. Los mejores cavas; blancos nacionales, como Laslías de Beronia; blancos internacionales de Francia, Alemania, Italia, Argentina Sudáfrica o Portugal; tintos españoles, como Dominio Fournier de Ribera del Duero, y más de 30 Denominaciones de Origen, desde Rioja a Toro, pasando por Somontano; tintos franceses, australianos, israelíes, estadounidenses o italianos, además de rosados, generosos o vinos dulces. ¡Menudo espectáculo!
Atún crudo, al natural, con Cava Vilarnau Rosé Delicat Reserva.
El restaurante Cardumen está en la Avenida de la Albufera 323, Edificio Vallausa, planta 1 (Madrid).